En la Colonia Espacial Elba (CEE) un empleado se dirige a su puesto de trabajo. Ahí, tal como le habían avisado, se le aplica una prueba: un pequeño dispositivo toma una muestra de sangre.
Esa muestra es procesada por un sistema computarizado que señala las deficiencias y problemas de salud del empleado 090777659S11-1. También procesa las muestras de muchos millones más. Y se computa un resultado general para cada oficina, cada departamento, cada colonia...
Desde el Comando Central, a miles de kilómetros, se giran órdenes para solucionar la problemática de salud de la República Espacial. Democráticamente, se suministra un mismo tratamiento a todos, y se capacita en su aplicación a cada Responsable de Oficina. El Supremo Coordinador de Salud recibe felicitaciones y palmaditas en la espalda; el Gran Supremo hace discursos y diseña políticas.
Mientras tanto, en la CEE, 090777659S11-1 recibirá, quiéralo o no, el tratamiento. Y todo seguirá con la misma rutina. Hasta el próximo año que se vuelva a aplicar la PUES (Prueba Única de Evaluación de la Salud).
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Suena como a puro cuento, ¿verdad? Y uno no muy bueno porque, en realidad, no pasa nada.
Además, parece un relato de ciencia ficción poco creíble, porque no tiene buenos fundamentos. ¿Quién creería que se puede diagnosticar a 16 millones de personas sin conocerlas, sin verlas, sin conocer qué molestias tienen, cuál es su contexto? ¡Mucho menos diseñar una solución única para todos los individuos y colectivos, sin importar sus problemas y necesidades particulares!
Evidentemente, se trata de una fantasía mal sustentada. O lo que relata, en realidad, es un programa hecho sólo para beneficio de los políticos involucrados, lo que no sería raro en el contexto de la ficción. Ni en la realidad.
Ahora pongámonos serios. Una pregunta para la reflexión: si un sistema así no es creíble, ¿por qué hay quien cree que funciona para nuestro sistema educativo?
Porque eso es exactamente la ENLACE: una prueba estandarizada que se aplica a todos los alumnos para evaluar sus logros académicos, y, en conjunto, los de cada grupo, cada escuela, cada estado, todo el país... sin tomar en cuenta los problemas y necesidades particulares de cada alumno en su propio contexto. Y, a partir de ese “diagnóstico” despersonalizado, establecer los problemas y solución para todos los alumnos del Sistema Educativo Nacional por igual.
Y, dígame, si no aplicaríamos, por inútil y fantasioso, el PUES, ¿por qué gastamos 185 millones de pesos en la ENLACE 2011?