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viernes, 20 de abril de 2012

Ni de panzazo


que me pidió que comentara.
 
Hace un par de meses se estrenó De panzazo, y yo me he resistido a hablar de él hasta ahora. En su momento dije que, pasado el revuelo inicial, terminaría por ser intrascendente. Y me mantengo en ello: ya casi nadie habla de él ni retoma lo que dice.

Y es que es un documental que no documenta nada. Es, en realidad, un mal panfleto que pretende exhibir algo que ya se sabe y ha sido denunciado una y otra vez: la educación en México está en crisis. Eso ya lo sabíamos antes del estreno, y este largometraje no aportó nada nuevo.

Presentó, eso sí, algunas falacias, mentiras, datos sin fuentes (yo, como profesor, no aceptaría a mis alumnos un trabajo en que me presentaran una cifra sin la referencia correspondiente). Burdos intentos de manipulación.

Para evidenciar lo que digo no hace falta siquiera estudiar De panzazo a fondo, revisar las estadísticas que presenta, recurrir a complejos métodos de análisis especializados… Basta con un poco de sentido común.

Cualquiera que se fije un poco lo que dice la película podrá darse cuenta de perlas como ésta: en la primera parte de la película se asegura sin ambajes y de manera explícita (y sin citar fuentes, claro) que México es el país con más ausentismo docente, y aportan un numerito concreto, que da lo mismo si es 67% o 63%, o 51%. Muy impresionante y vergonzoso.

Pero después el documento se dedica a asegurar que no se conocen datos reales sobre nuestros docentes, que ni siquiera se sabe cuántos profesores hay en nuestro país. Ni dónde están. Ni qué hacen. Y se dedica una buena cantidad del pietaje a establecer este punto.

¿Cómo, entonces, se puede cuantificar el ausentismo de profesores? ¿No se requiere, para calcular un porcentaje, conocer el denominador entre el que se hará la división? O, lo que es lo mismo, para decir que hay un ausentismo de 67% se requeriría saber cuántos docentes hay en el país y qué hacen. Pero, según se asegura hasta el cansancio, no existen estos datos.

Cualquiera puede darse cuenta que ahí hay gato encerrado: o es falsa la cifra de ausentismo, o es falso que no haya datos sobre la población docente. O ambas son falsas.
De cualquier manera, es evidente que el guionista nos está tratando de manipular. Sólo se podría salvar esta contradicción si la cifra de ausentismo se desconozca y se haya calculado a partir de una muestra y extrapolado al total de la población, lo que se tendría que haber indicado al hablar de la cifra de ausentismo, pues no es que haya un 67% de ausentismo, sino que se calcula, se cree, se supone, se sospecha que hay ese ausentismo. Darlo como un dato cierto, nuevamente, es un burdo intento de manipulación.

¿Así o más claro que De panzazo no documenta, sino que es un panfleto tramposo y manipulador?

Un segundo (y último) punto de vergonzosa obviedad: se señalan como causas del fracaso educativo el ausentismo, las agrupaciones de trabajadores de la educación (tanto el SNTE como la CNTE), los bajos salarios, la falta de rendición de cuentas y evaluación de los docentes.

Todo ello, en el discurso suena muy bien, claro y evidente. Y aparece otro dato en el propio guión: las escuelas públicas y las particulares tienen los mismos resultados en las evaluaciones. Y en las escuelas de financiamiento privado no hay niveles importantes de ausentismo (o se despide a los docentes), hay rendición de cuentas, evaluaciones y los docentes no suelen estar afiliados ni al SNTE ni a la CNTE ni a ninguna asociación de profesores.

¿Cómo, entonces, se sustentan las acusaciones del panfleto De panzazo? Pues de ninguna manera. No lo hacen. Nuevamente se trata sólo de un intento burdo de manipular y engañar al público. ¿Para qué? No lo sé, ni voy a especular al respecto.

Sí. La educación en México (y no hablo sólo de la enseñanza escolarizada en la educación básica) está en crisis desde hace mucho, y eso ya ha sido denunciado permanentemente incluso por los “villanos” del panfleto. Pero no porque la educación sea “mala” o salgamos peor que otros países en evaluaciones internacionales, como la de PISA, mencionadas de manera repetitiva en De panzazo, que, de paso, segura que en las evaluaciones de la OCDE sólo se evalúan grandes economías, países desarrollados como México (y la poderosísima República de Trinidad y Tobago, que aparece mencionada junto a México en la evaluación de lectura).

No. La educación en México está en crisis sencillamente porque no cubre nuestras expectativas, no sirve para lo que queremos, no da los resultados que buscamos. En parte se debe a las fallas de los diversos sistemas educativos; en parte, también, a falsas expectativas, a que la educación en México se sigue conceptualizando como hace 150 años. En México no se debate a fondo sobre la educación porque lo que priva son argumentos torcidos, manipuladores, superficiales, rastreros, como De panzazo, y a los verdaderos especialistas en educación no se les toma en cuenta (sólo a actores políticos y de medios de comunicación).

¿Notó usted, querido lector, que entre todos los entrevistados en el panfleto no aparece ningún investigador dedicado a la educación en México? Sólo políticos, periodistas, alumnos, profesores, policías, gente en la calle… pero nunca los que dedican su vida a analizar el panorama educativo nacional. ¡Y mire que tenemos especialistas reconocidos en el mundo! Baste mencionar a Tere Garduño, Gilberto Guevara Niebla, Margarita Pansza, Frida y Ángel Díaz Barriga, Sylvia Schmelkes… Yo no los vi en la documentación de De panzazo (que me parece que no pasaba ni de panzazo como trabajo escolar). ¿Y usted?

2 comentarios:

Oscar Chavira dijo...

De entre todas las lecturas que he hecho sobre el documental, la tuya Miguel me ha parecido la mejor balanceada y honesta. Como bien indicas, en el debate de qué hacer para mejorar la educación en nurstro país, se hace mas caso a quien tiene un medio, acarrea mas gente o tiene mas influencia política. Hay que prestar atención a los expertos, esa es la tarea que hemos incumplido. Gracias por la dedicatoria.

Prof. Miquel Nadal Palazón dijo...

Gracias por tu comentario, Óscar. :)